La peculiaridad de la revista A.I.Z es que eran simples obreros, trabajadores y colaboradores amateurs los que rellenaban con sus imágenes, fotomontajes y textos las páginas de la misma.
Muchas de ellas (y sus autores) se convertirían en célebres iconos de la lucha anti nazi y serían utilizadas posteriormente por la publicidad, el diseño e incluso el arte.
A.I.Z dejó de publicarse en el 33 por lo del ascenso de Hitler y eso, pero deja tras de sí un montón de ironía y acidez fresca que, aunque mal recortada, pegó muy bien.
*Si os mola, mirad cosas de Heartfield, Grosz, Tucholsky o Kästner. Están ways, la verdad.
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